Este gran paso sería imposible sin años de investigación e innovación. Aquí te contamos qué nuevas tecnologías se están desarrollando para consolidar en Chile la #GeneraciónDelFuturo.
La energía del sol y el viento han tenido un rápido crecimiento en Chile; sin embargo, también existen otras fuentes con gran potencial que ya están siendo exploradas.
Es más, en nuestro país se encuentra la primera planta geotérmica de Sudamérica. Cerro Pabellón fue inaugurada en 2017 en la región de Antofagasta, obtiene su energía del calor de la tierra y es la más alta de su tipo en el mundo ya que fue instalada a 4.500 metros sobre el nivel del mar.
A su vez, frente a las costas de Las Cruces, en la Región de Valparaíso, el proyecto Open Sea Lab de MERIC instaló el primer convertidor a escala real de energía de las olas. Este innovador sistema es capaz de convertir la energía undimotriz en energía eléctrica, que se almacena en un sistema de baterías de 50 kWh al interior del PB3 PowerBuoy, y que alimenta los diferentes sensores oceanográficos que monitorean el entorno marino. Su objetivo es aportar información científica para conocer mejor el comportamiento de las olas, optimizar el recurso y liderar así la investigación de este tipo de energía renovable en el país y en el mundo.
El almacenamiento de energía basado en baterías – conocido con la sigla BESS por su nombre en inglés “Battery Energy Storage System”-, se está conformando como una tecnología que entrega mucho valor a los sistemas eléctricos y como una solución para la integración eficiente de energías renovables variables, como la eólica y solar. Sus atributos son múltiples, ya que estos sistemas permiten reducir pérdidas de energía producidas por congestiones en la red de transmisión, proveen resiliencia y estabilizan la red eléctrica y permiten aprovechar el recurso energético disponible de manera eficiente para reducir costos operacionales.
Los avances en esta materia realzan cada vez mayor importancia pues el almacenamiento puede jugar un papel vital en los procesos de descarbonización de las matrices energéticas, al permitir de manera segura la salida de las centrales a carbón y la entrada al sistema de la generación renovable sin poner en riesgo su estabilidad y continuidad.
Pero el desarrollo de tecnologías para el almacenamiento de energía no es reciente, éstas han tenido un largo recorrido y dependiendo del tipo de aplicación, algunas de ellas han logrado resultados más eficientes que otras.
Sin embargo, la investigación y búsqueda de tecnologías cada vez más eficientes y con mayores cualidades no se detiene. A través de estudios de factibilidad y pruebas de campo, sistemas de almacenamiento de aire líquido, baterías de flujo o almacenamiento termal siguen siendo exploradas como respuesta a los desafíos futuros.
Normalmente los diseños de los parques eólicos contemplan una distancia de 1 a 2 kilómetros entre una fila de aerogeneradores y otra por razones de eficiencia energética; el viento una vez que pasa por una turbina, pierde su energía y requiere avanzar una cierta distancia para recuperarla. Esto significa que estas instalaciones cuentan con mucho espacio disponible que puede ser utilizado para generar energía con otras fuentes.
Actualmente, Enel Green Power Chile está construyendo el proyecto “Azabache” en la región de Antofagasta, que será la primera central híbrida industrial del país. La iniciativa consiste en implementar una planta solar al interior del parque eólico Valle de los Vientos. Además, existen otros proyectos similares en carpeta, por ejemplo, construir una planta solar al interior del parque eólico Sierra Gorda Este.
También existe la posibilidad de construir parques híbridos desde cero, lo que permite aprovechar las sinergias no solo durante las fases de construcción y operación sino desde la fase de desarrollo. Estudios ambientales, sociales, territoriales, ingenierías básicas y estudios de interconexión, pueden hacerse de una sola vez para ambas plantas, distribuyendo esos costos fijos en una potencia instalada mayor.
El hidrógeno verde es considerado el combustible del futuro, dado su potencial para reemplazar combustibles fósiles como el petróleo en el sector de transporte e industria pesada. Dentro de las distintas formas para producirlo industrialmente, la más amigable con el medioambiente es el proceso denominado electrólisis, en el cual se separan las moléculas de oxígeno e hidrógeno en el agua a través de la aplicación de electricidad. Si esta electricidad proviene de fuentes renovables, entonces este hidrógeno se denomina como verde, dando como resultado un combustible libre de emisiones.
El ministro de energía y minería, Juan Carlos Jobet, afirmó en septiembre de 2020 que el hidrógeno verde puede ser para Chile un mercado “equivalente a lo que exportamos en cobre” para 2050. El gran potencial renovable y la ubicación logística de los puertos de las regiones de Antofagasta, Atacama y Magallanes posicionan a Chile como uno de los países con mayor potencial para transformarse en exportador mundial de hidrógeno verde.
En octubre de 2020 se anunció el primer proyecto para producir hidrógeno verde en Chile. Empresas nacionales e internacionales como Enel Green Power Chile, AME, ENAP, Siemens Energy y Porsche participarán en la instalación de una planta piloto a través de un electrolizador alimentado por energía eólica en Cabo Negro, al norte de Punta Arenas, en la Región de Magallanes.
La presentación de la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde del ministerio de Energía a fines de 2020 y el anuncio de acuerdos para su exportación con las autoridades de Singapur y Rotterdam (Países Bajos) también son parte de este camino, donde poco a poco se están superando los desafíos iniciales.
Fuente: ENEL
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